martes, 13 de marzo de 2012

Giles.

Tu primo me contó que te gustan mis tobillos desde que los viste sin tobilleras. Tu primo se ríe de vos conmigo porque le parece ridículo que te gusten esas partes. Tu primo dice que mis orejas son hermosas, porque tienen forma de rana. Tu primo se justifica ante mi enojo por compararme con un anfibio. Tu primo se ríe porque hago puchero y muevo las manos así rápido. Tu primo se acuerda que vos movés las manos así rápido cuando cocinás empanadas. Tu primo dice que las empanadas son su especialidad, y que tu receta es suya. Tu primo quiere cocinar para mí, y hacerme el desayuno. Tu primo se siente un pesado por mi cara de culo. Tu primo me cae bien. Tu primo es un idiota y no lo sabe, pero es de esos que son simpáticos. Tu primo dice que vos sos un idiota. Tu primo me tatuó el tobillo derecho. Tu primo me ayuda a no estar sola. Tu primo dice que mi nuevo corte de pelo remarca mi mirada y la da un brillo. Tu primo no sabe que odio que diga esas gomadas. Tu primo comparte su cepillo de dientes conmigo. Tu primo quiere ser dentista. Tu primo dice que no tenés futuro. Tu primo no sabe que el sábado me besaste los tobillos. Tu primo no sabe que el domingo me besaste de los tobillos a las orejas. Tu primo no sabe que no me interesa que no tengas futuro. Tu primo no sabe que yo pienso que sos un gil, pero qué bien besas mis tobillos.
Cuando te aburras de mi rutina, y no me quieras mas, voy a preguntarle a tu primo si todavía le gustan mis orejas.

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