viernes, 23 de septiembre de 2011

No dejes de llamarme por las noches, la angustia en la garganta no me deja pegar un ojo .

Risantiago.

Los desperfectos técnicos obstruyeron mis deseos hacía tí, en el momento exacto. Por eso te escribo hoy (otra vez).
Bueno, te debo el felíz cumpleaños, pero no te lo voy a decir, porque simplemente no me interesa que hayas sido feliz sólo el día de tu cumpleaños, porque no creo en la felicidad, no creo que exista tal sentimiento eterno, no.
Para vos... para vos quiero con todo el corazón que todos los días tengas ratitos de a l e g r í a, TODOS LOS DÍAS, tu boca se alargue, tus cachetes se inflen, tus ojos se achinen y tus dientes iluminen un pedacito de sonrisa. Todos los días que dejes envolver cada músculo de tu cuerpo con la risa que impulsa motores de sangre a vivir , que liberes endorfina, y se note ese resplandor en la piel.
Porque después de todo "cumplir años" no es crecer, no es más que un numerito más en la torta, contar con los dedos uno más, pero ¡sí, señores! contar sonrisas, eso es lo que nos hace sentirnos con todos los poros de la piel al tacto de otra piel, lo que nos acerca aunque nos llenen de fronteras, porque si reís, te siento acá, y todo se hace chiquito alrededor.
La consigna es sencilla: reír y que el cuerpo se nos haga río de flores hermosamente silvestres.Para vos, y por vos, sólo pido eso.


Y gracias, gracias te grito porque es incontable tu aparecer de entre los días doloridos y  seguir apareciendo en los colores.


Te quiero mucho, por ser tan forro de querermeasí.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Iba a escribir sobre mi rutina, pero me parece repulsivamente nefasta.
Das asco, vidita, A s c o. 
que el tecito a la noche, que los tres cafe(s) por día, que pensar en lo que no está, que ir a la facu, que el insomnio hijo de una remilputa, que su cara de orto tatuada con yeso, que caminar, que otro café... 
Está todo tan tímidamente acomodado, tan estático, tan asquerosamente planeado que siento un alfiler en el cuello cortándome la respiración. Y ni hablar del pájaro carpintero en el cerebro.
Dame caos, que me aburro.