Día 1. (él):
-Tengo que decírtelo. Me gustás mucho.
-(no puedo responder, estoy borracha y no funciona ya mi lengua, pero no imaginás cuánto me gusta cuando te sonreís así)
-¿No me vas a responder nada?
-No puedo.
Día fin. (ella): Un viaje más escalofriante que la noche y por último, fumar escuchando los instrumentos de viento, temblando de miedo a que te conviertas en Otto, y yo no tener más remedio que ser Ana.
Porque así es como viven las Ana y los Otto, yéndose a buscar no sé que cosa, estirando la linea elástica jugando a que se corta. Como cuando tu pelo era rubio y yo me quedaba dormida mirando tus fotos un poco en tu colchón, y otro poco en el mío.
(el resto lo guardo en un papelito que robamos del bar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Susurrá a mis ojos que quieren leer...