domingo, 16 de octubre de 2011

Satisfacción personal (hoy sí)

¡Qué bueno! 
Qué bueno ésto de tener ojos, y que la nube de palomas pase por sobre mi cabeza estremeciéndome hasta lograr una lagrimita de esas que vienen de la sonrisa; que me permitan sacar fotos mentales; y que apenas los abro viertan en mi memoria al sol escandaloso de la primavera que me invita a empezar el día leyendo a Cortázar, café a la marcha.
Qué bueno ésto de tener labios, boca, lengua, que me llenan de las caricias de éste café que amenaza con mantenerme despierta.
Qué bueno ésto de tener piernas, que cargan mi peso y me llevan hasta la ventana para encontrarme con los primeros pasos del día, que me llevan con su bailecito constante a dónde quiero ir.
Qué bueno ésto de tener oídos, que captan el trinar de los gorriones y el vaivén del viento entre las hojas del árbol que está frente a mí.
Qué bueno ésto de tener nariz, que trae a mi cuerpo aroma a café, a medialunas, y a jazmines de la calle, despertando con impulso fresco y tranquilo a todo mi cerebro.
Qué bueno ésto de tener piel, que recubra todo mi cuerpo, mi rostro, que sienta las caricias de la lluvia, el abrazo intuitivo del sol, la persistente magia del alba.
Qué bueno ésto de tener pies, que se hagan amigos de la tierra, y evolucionen a raíces absorbentes de esa energía.
Agradezco ésto de tener un cerebro, capaz de hacerme consciente de éstas maravillas/ensueños o como quieras llamarle.
A S Í (y aunque sea un cliché), qué hermoso estar vivo.

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Susurrá a mis ojos que quieren leer...