tanto que te haces pis en la cama
te meás hasta los tobillos.
Amarillas tu piernas quedan seis días
por tu miedo a la lluvia.
Los ojos se me agrandan cuando me mirás
tanto que se salen de mi cabeza sumergidos en mocos,
la naríz desaparece, mi boca tiene pus.
Y me tenés miedo.
A tu mamá le tenés miedo.
Pobre señora que sólo quería cocinar mondongo para vos,
con velas y vinos.
Le tenés al vino miedo.
Hasta gritás con el ruido de tus pedos.
Le tenés miedo a las sábanas.
No existen los monstruos, decís.
Y se te retuercen las tripas cuando
en medio de la habitación con las luces apagadas,
pisás uno de tus zapatos.
Tu mayor miedo
tu mayor
tú.
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Susurrá a mis ojos que quieren leer...