lunes, 21 de noviembre de 2011

Charlemos.2

-Entonces... ¿preferís los besos o los versos?


-Me quedo con el abrazo y el verso. Creo que los labios no difieren mucho; la forma de besar, tampoco. El abrazo es fuego, es montaña con toda la diversidad en sus formas, con las texturas de las pieles tibias aunadas, la no-distinción entre tu cuerpo y el otro calor.


-Me comería tus palabras, te juro.


-Entonces... prefiero eso, que me comas, comeme a versos...

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