jueves, 7 de julio de 2011

¡BON VOYAGE!

 Estoy con el pañuelo lleno de mocos sacudiendo mis manos, mientras espero que el barco se aleje, y veo cómo te haces un punto, poco perceptible, la milésima parte de un punto y al fin desapareces entre lo azul, lo rojo, lo violeta...
Cuento hasta tres, me re incorporo, me acomodo los mechones de pelo revueltos en mi frente y me arrastro hasta la cama. Ah... la cama... las sábanas húmedas me recuerdan el olor de tu piel, entonces les saco una foto, ¿te acordás? igualita a esa que me sacaste cuando estuvimos en Madrid, recostada de mañana en la cama del hotel, con los ojos iluminados de sol, los labios rojos como tomates y un olor a sexo que ni te cuento, ¿te acordás? en esa época vos fumabas y eras adicto a las fotos, te gustaban mis tetas, y habías colgado dibujos de ellas por toda la pared (yo me sonrojaba cada vez que el conserje entraba a la habitación a pedir un mate y apreciaba mis tetas felicitándote) . Yo me acuerdo muy bien. En esa época vos decías que el cielo debía ser más pequeño algunas noches, para poder verlo todo junto; y yo reprochaba que si el cielo se hacía longevo ante mis ojos, podía borrarlo con sólo darme vuelta y seguir, dándole a la espalda a la luna (putamentirosa) (aún sigo pensando así)...pero vos eras fan de la luna, y me odiabas en ese tonito burlón. 
Me río... siempre quise que te vayas de esa forma... en barco, desapareciendo de a poco...siempre me gustó que "te fueras" de mi vida, porque el reencuentro era mágico y me enloquecía las células, siempre me gustó que te enojes conmigo, hagas cara de gnomo gruñón y cierres la puerta de un portazo con los dedos sucios de tabaco, dejándome parada sin querer seguirte; pero hoy, hoy que estoy muchos años más vieja y recortada me dolió un poco el no poder acompañarte... si, te prometí volver juntos, pero las circunstancias me requieren acá, acá donde el cielo es un poquito más oscuro que allá, y no tengo tanto miedo de estar sola. 
Ya con la cabeza en la almohada, voy a coserle mis sueños, como me enseñaste, para que no se escapen en el día y pueda vivir tranquila. 
Me vuelvo a reír, porque tu rol era enseñarme; a jugar a las escondidas, por ejemplo... aunque después terminaramos tirados en el pasto desesperados por besarnos. 
Siempre fue eso: desesperación, miedo a estar un poco solos, y reencuentros... reencuentros largos, reencuentros cortos, el nunca poder dejarnos... el apretarnos con las piernas húmedas de transpiración, el llegar tarde al trabajo, por  tu manía hacer fiaca juntos; la razón de volver, porque el té era diferente sin el otro y los caramelos de limón perdían la acidez que nos hacía a ro ró mi niño.
Realmente me duele no acompañarte, pero sabés bien, siempre me gusta que te vayas, me excita que te vayas, me emociona que te vayas, me...
Bon voyage, mon amour, te dije al oído, y subiste al barco.
Tal vez te espero... tal vez ésta vez también te espero (sólo sino me encuentro liada con algún pintor de madrugada invernal, que quiera curarme la piel con óleos), porque sé que no se termina nuestra "historia" porque Madrid nos espera con sus luces en primavera, y nos quedan muchos de sus rincones por recorrer. Entonces, preparo un té, y guardo el saquito, para enviarte la carta que escribí hace tiempo y encontré hoy, debajo de tu colchón.
Buen viaje, mi amor... Buen viaje.

(6 días después)
¿Vos te llevaste mis pantuflas, mi máquina de afeitar y la cámara de fotos?
Ah! Y encontré tu cuaderno.No, no lo digo porque te extraño, en verdad lo encontré... y quizá quieras volver a recuperarlo, no sé, yo en tu lugar lo haría. No, no es porque te extraño pero ya ves, las sábanas están asquerosamente atestadas de mi perfume y el arroz otra vez se puso rancio.

Taquicardia. Alguien golpea la puerta. 

1 comentario:

  1. cada verso fue más gris, cuento cada nota que sonaba gastada (...) Perdón (yo tampoco) me quise ir, y cuando volví no estabas.

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Susurrá a mis ojos que quieren leer...