Desde la almohada, los escarbadientes en los ojos,
son la cotianeidad de los buendía-
En mi, los amaneceres son mas que muerte
nunca nazco cuando es de día
la noche me da de mamar su jugosa hiel,
el sol juega al somnolente veo veo. ¡Si a ésta hora somos todos ciegos!
éstoy perdiendo todo por centécima de segundo. Todos los juegos, todos los colectivos
todo el lagrimal de mi ojo derecho.
Sé que me amas de verdad,
pero ésta noche dejame despertarme a la mañana
(sueño, te has vuelto un maldito impuntual.)
no quiero me hablen a mí de respiración (uan chu zri for faiv)
no quiero me digan del té de lechuga,
ya los memoricé mirando el reloj-
ya los memoricé mirando el reloj-
Le digo, señorita...
la farmacia, a veces puede darte la noche de tu sueño.
La farmacia, puede a veces ser un Dios
La farmacia, puede a veces ser un Dios
que ha tomado forma de blíster.